Es un ave muy escondediza que se mueve con sigilo entre la espesa vegetación palustre, por lo que su variado repertorio de gruñidos, gemidos y rechinamientos, seran los que nos descubran su presencia antes de poder verlo. Es mas facil escuchar sus gritos al atardecer o en noche cerrada.
Raramente abandona la protección del carrizal y cuando tiene que pasar de una mata a otra, pasa como una flecha con su largo y rojo pico apuntando al suelo. Su vuelo dura pocos segundos, aleteando blandamente.
Es un ave migratoria, pero en la Albufera y en el sur de Europa, son residentes permanentes, con tamaños de población que aumentan en invierno con los inmigrantes que llegan del norte.
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