La paloma bravia es el ancestro de las palomas domesticas,
con las que se entrecruza, lo que demuestra lo estrecho de su parentesco.
La paloma bravia fue domesticada por el hombre hace miles de
años, dando lugar a la aparición de la paloma domestica y al arte de la
columbicultura. Sin embargo, algunas de estas palomas optaron por una vida
semisalvaje, hibridándose con la forma silvestre y en muchos casos
sustituyéndola.
De tal modo, que ahora mismo es muy difícil encontrar una
población de palomas bravías genéticamente puras y la gran mayoría de estas
palomas que vemos en el campo son semidomesticas o hibridas. Es mas, algunos
investigadores aseguran que, si no se toman medidas, la paloma bravia silvestre
desaparecerá en pocos años como consecuencia del deterioro de su hábitat y de
la creciente contaminación genética que se produce al cruzarse con la población
de palomas semidomesticas.
Las palomas que se mueven por los alrededores de la Albufera
son sin duda alguna palomas domesticas asilvestradas, y se instalan en grupos mas o menos numerosos por las construcciones, incluso abandonadas, que se desperdigan por la marjal.
La paloma bravia es de color gris azulado, con dos franjas
anchas de color negro en las alas, asi como varias irisaciones de vivos colores
en el cuello de color verde y rosa. Su dorso es de color gris claro y la zona
ventral es mas oscura. Sus ojos son de color rojo y en él pico tiene una mancha
de color claro. Las patas son de color rojo anaranjado y el pico es corto y
perfectamente adaptado a su dieta granívora.
Las palomas bravías viven y crian en rocas y ruinas,
preferentemente en islotes rocosos y acantilados costeros.
Su alimentación se basa en semillas y grano, aunque también
consumen moluscos y algas.