jueves, 1 de mayo de 2014

TIEMPO DE CALAMONES

El calamón es un imponente pájaro azul purpureo que a causa de la excesiva presión cinegética, estuvo prácticamente dado por extinguido en la albufera de Valencia.
Adecuadas políticas de protección y recuperación a partir de la década de los 90 han logrado que esta ave recupere su estatus poblacional de común. Así, su presencia vuelve a ser una constante en la albufera y sus gruñidos y bufidos ya forman parte del paisaje sonoro de nuestros cañaverales.
No sé si estas aves realizan movimientos migratorios (aunque no creo, pues son voladoras bastante reguleras), pero el caso es que por estas fechas, los calamones resultan más abundantes de lo normal en los biotopos adecuados, o por lo menos, se muestran más visibles.
Desde el desconocimiento, quizás este repunte puntual sea debido al secado de los arrozales, que hace que estas aves se concentren en las zonas adecuadas y parezcan más numerosas. Dentro de muy poco, volverán a disminuir coincidiendo con la temporada de cría, pues muchas de ellas desaparecerán de la vista al sumergirse en la espesura del carrizal para sacar adelante a las nuevas generaciones.  Asimismo, durante la primera quincena del mes se empezaran a inundar los arrozales y esto favorecera la dispersión de individuos por toda la marjal.
El caso es que hoy me he acercado hasta una pequeña laguna medio seca y me ha llamado la atención poder ver hasta seis calamones comiendo a la vez en un espacio bastante reducido, e incluso he tenido a cuatro de ellos simultáneamente a tiro de mi modesto zoom de 300 mm. 
Aunque sea un ave que tengo muy fotografiada, no he podido resistir la tentación de darme un auténtico festín fotográfico a costa de este magnífico gallo azul.
Como compañeras de fiesta, los calamones tenían a las pollas de agua, incluso mucho más abundantes que los anteriores y que hoy concentraban no menos de unos veinte ejemplares compartiendo comida y espacio con los calamones. 





























   


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