lunes, 29 de septiembre de 2014

MOROS Y CRISTIANOS

Tras meses y meses de pertinaz sequía, con el principio del otoño por fin han llegado las esperadas lluvias. Nuestros sedientos pantanos y muchos cultivos agradecerán este pequeño mana, aunque supongo que esto habrá perjudicado de alguna manera a la cosecha del arroz, pues como bien dice nuestro querido refranero “nunca llueve al gusto de todos”.
Llevamos una semana de lluvias intermitentes, tiempo nublado y ratitos de sol; o sea un tiempo perfecto para ver caracoles por el campo.
No hay duda de que la fauna más llamativa de la Albufera es la vertebrada, sobre todo las aves y en menor medida los mamíferos (pequeños y nocturnos), reptiles, anfibios y peces, pero hay todo un ejecito de pequeños seres invertebrados, que aunque se vean obligados a estar a la sombra de aquellas, merecen un poco de atención. 
Así también nos iremos introduciendo un poco en el mundo de macrofotografía, una disciplina con resultados sorprendentes ya que nos permite descubrir mundos desconocidos que normalmente pasan desapercibidos al ojo humano. 
Como la estación es la adecuada para ellos, empezaremos con un par de caracoles (moluscos) muy abundantes, populares y apreciados culinariamente en la comunidad valenciana, como son “els moros y cristians”. Científicamente conocidos como “Helix aspersa” y “Otala punctata”. 
En el caso de los invertebrados utilizaremos sus nombres científicos, pues los nombres populares varían incluso de unas localidades a otras y a veces incluso se solapan. 
Ambos son gasterópodos pulmonados y con una concha de unos 4 cm de longitud, se pueden considerar como los caracoles más grandes de nuestra región. 
La cabeza posee cuatro tentáculos, de los cuales los superiores tienen en los extremos un órgano fotoreceptor que actúa a modo de un ojo bastante simple. 
Son de hábitos crepusculares y nocturnos, aunque en lugares húmedos y días de lluvia pueden ser activos por el día. En época de frio o de sequía se esconden dentro de la concha y se encierran elaborando un tapón a base de moco seco llamado epifagma.  
En ambas especies los individuos son hermafroditas, ya que producen tanto gametos masculinos como femeninos. 
Aunque de hábitos parecidos, el hélix aspersa vive entre arbustos, en bosques muy abiertos, en campos y también en zonas dunares; mientras que el otala punctata prefiere las zonas de cultivo de secano.


Helix aspersa




Otala punctata



  


jueves, 25 de septiembre de 2014

CORRELIMOS DE TEMMINCK

El correlimos de Temminck es un pequeño limícola, de cuerpo alargado, pico corto y patas más cortas que la altura del cuerpo.
En todos los plumajes, la garganta y el pecho definen una especie de babero. Las patas son verdosas y el pico de color negro.
Este correlimos es un reproductor ártico, aunque evita los ambientes extremos y las costas muy expuestas para ocupar fiordos, deltas, ensenadas, ríos e incluso áreas más interiores.
Se alimenta básicamente de invertebrados: insectos y sus larvas (principalmente escarabajos y moscas) en zonas del interior, y lombrices, crustáceos y pequeños moluscos en enclaves costeros.
La especie se reproduce en áreas próximas al Ártico, tanto en el norte de Europa como en Asia. Inverna en África tropical, sur de Asia y, en menor número, en la cuenca del Mediterráneo.
Aunque regular y bien repartido, es poco numeroso en el territorio peninsular durante el paso migratorio, que efectúa por áreas interiores en otoño y por enclaves mediterráneos en primavera.











jueves, 18 de septiembre de 2014

GARCETA DIMORFA

La garceta dimorfa es una pequeña garza casi negra que es natural de África y se extiende desde las Azores hasta la India y Sri Lanka, por la península Arábiga. En Europa es un ave muy escasa y solo se contemplan ejemplares divagantes.
Es del tamaño de una garceta común y esta muy vinculada con esta especie, pues de hecho se reproduce con ella, dando lugar a ejemplares híbridos.
La garceta dimorfa pura es completamente negra con una mancha blanca en la garganta, mientras que los ejemplares híbridos presentan un color corporal oscuro con manchas blancas por diversas partes de su cuerpo, principalmente en la cara y en las alas. 
En la Albufera es extremadamente raro ver ejemplares puros, aunque tampoco es nada frecuente ver híbridos.  
Frecuenta zonas del marjal inundado cuando se alimenta, especialmente en tancats de Sueca y Sollana próximos a la laguna.