jueves, 14 de mayo de 2015

SALVADAS POR LA CAMPANA

El complejo entramado de acequias, arrozales y otras áreas inundables que se da en la Albufera, es un paraíso para la fauna acuática, pero también puede llegar a ser una trampa mortal.
Las necesidades del cultivo del arroz condiciona que muchas zonas estén inundadas o secas según la estación. Así pues, zonas que se inundan con la perellona, vuelven a estar secas cuando se secan los arrozales y los peces que habían llegado a ellas por las acequias quedan atrapados y mueren sin remedio.
Esta mañana he ido a una charca estacional y aunque el día 4 de mayo aún tenía un buen nivel de agua y estuve fotografiando algunas acuáticas, hoy ya estaba prácticamente seca y con el suelo cuarteado. La consecuencia es que en el pequeño charco que quedaba se amontonaban siete enormes carpas que apuraban sus últimas opciones de supervivencia, pues el agua que quedaba apenas les permitía mantener la cabeza bajo el agua. A su lado el cadáver de otro par de carpas, cuyo charco ya se había secado, indicaba cuál era su futuro más inminente. 
Sin embargo, para estas siete carpas este era su día de suerte, pues con la ayuda de un cubo las he podido capturar y las he liberado en una gran acequia que apenas distaba de esta zona una decena de metros. 
De todas formas habían un par de ellas tan perjudicadas que posiblemente no hayan podido sobrevivir.


La charca el día 4 de mayo
La misma charca esta mañana

De agua solo quedaban pequeños charquitos
Las carpas supervivientes en grandes apuros







  

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