El zorzal común es un ave de tamaño mediano, ligeramente más pequeña
que un mirlo. Las partes inferiores presentan tonos claros, blanquecinos en el
vientre y de un color ocre amarillento en el pecho, y aparecen profusamente
tachonadas por motas en forma de cuña que, en la zona del cuello, se ordenan
para dar lugar a una fina bigotera.
Invernante en nuestra provincia, aunque puede nidificar
en las zonas más norteñas de la Península. Migra en grupos y por la noche. Muy
gregario en la estación invernal. Es bastante confiado y suele dejarse ver en
cultivos, huertas, matorral mediterráneo y bosques, preferentemente de
frondosas.
Su vuelo es alto, recto y con batidos de alas con
paradas intermitentes.
El zorzal común consume una gran variedad de invertebrados, pero
muestra una especial predilección por los caracoles, cuya concha rompe sobre
una piedra o una rama. En otoño e invierno su dieta se hace más vegetariana e
incluye frutas, bayas y semillas de todo tipo, tanto silvestres como
cultivadas.
El periodo reproductor de estas aves es prolongado, ya que puede
iniciarse a finales de febrero o primeros de marzo y concluir, en las parejas
más tardías, a finales de agosto o principios de septiembre.
En el entorno de la albufera, es un migrante e invernante común.
El azor es una rapaz mediana, con alas cortas, anchas y redondeadas,
con una cola larga y con acusado dimorfismo sexual: el macho presenta un
plumaje gris oscuro en la espalda, con la parte inferior de las alas, el pecho
y el vientre barrado transversalmente y una marcada ceja blanca; la hembra es
más voluminosa, de color pardo, con el barrado más grueso y la ceja menos
marcada.
El azor es uno de nuestros más reputados cazadores alados, capaz de dar
caza a presas de la envergadura de una liebre. Ave dotada de extraordinarias
cualidades predadoras y de una formidable agresividad, el azor fue usado en la
práctica de la cetrería. Son precisamente esas grandes cualidades como cazador
las que determinaron que, en el pasado reciente, esta rapaz fuese perseguida
sin piedad bajo la infundada acusación de causar graves perjuicios a las
especies cinegéticas.
El hábitat preferido del azor
son los bosques, zonas donde hay una gran masa forestal, ya que es donde mejor
se desenvuelve esta ágil rapaz. Para cazar puede visitar las lindes de los
bosques y zonas más abiertas.
Ocupa gran parte de la península, es residente y los individuos reproductores
sedentarios.
El azor es un depredador que se adapta bien a la disponibilidad de
presas que le ofrece su territorio. No obstante, hay dos grupos de vertebrados
que soportan una mayor presión por parte de la rapaz: las aves medianas, en
especial, córvidos y palomas, y mamíferos como conejos (la presa básica allí
donde abundan), liebres y ardillas.
El vuelo del azor es muy rápido, fuerte y acrobático, el diseño de su
cola le permite maniobrar realizando rápidos cambios de dirección entre la
espesura del bosque dando así alcance con facilidad a sus presas.
Estas fotos están hechas desde el “Hide el Lentisco”, un hide de alquiler
de la empresa TuriaHides.
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