No me resisto a probar un último intento con el cernícalo, ya que ha sido la rapaz que más satisfacciones y mejores resultados me ha dado durante este invierno que ya acaba.
Lo intentamos en la marjal del Saler al lado de un descampado donde a veces los he visto en vuelo cernido. La suerte me ha sonreído y tras cuatro horas de tediosa e incómoda espera en el tumbing, ha hecho aparición una hembra de cernícalo vulgar. Sin embargo, en este caso ha estado nerviosa y desconfiada, por lo que no se ha acercado demasiado y solo ha estado entre 10 y 15 minutos, tras los que ha levantado el vuelo y se ha marchado.
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