miércoles, 28 de junio de 2017

Y POR FIN EL MOCHUELO

Tener fidelizada a una pareja de cernícalos vulgares en el hide de Ribarroja es todo una suerte y un privilegio (bueno, por llamarlo de alguna manera, porque en realidad no es sino el fruto del trabajo y la constancia de nuestro compañero Walfrido), pero la presencia de la pequeña rapaz conlleva algunos daños colaterales, como es el hecho de que otras especies que también eran asiduas ahora vienen menos o han tenido que cambiar de horarios para evitar enfrentamientos.
El caso más claro es el del mochuelo. Esta simpática y pequeña rapaz nocturna era asidua a la instalación y en época de cría, seguramente acuciada por la necesidad de tener que sacar adelante a su pollada, no dudaba en aparecer a cualquier hora del día (a media mañana e incluso a mediodía) a pillar su ración de tenebrios con los que calmar el hambre de sus voraces pollos.
Así pues, ahora el mochuelo solo aparece cuando los cernícalos están fuera de servicio, normalmente al anochecer o también de madrugada. 
En ambos casos, la luz es escasa y aunque se puede prescindir del flash, hay que tirar de altos valores de ISO (entre 4000 y 6400) con la consiguiente aparición del molesto ruido. A pesar de este inconveniente, la calidad de las ópticas actuales y el posterior tratado de las imágenes con programas fotográficos, hace que incluso en estas adversas condiciones las fotos tengan una calidad suficiente para que valga la pena intentarlo.


Mochuelo a las 21,15 h del atardecer


Mochuelo a las 6,40 h de la madrugada


  

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