La liebre tiene una constitución característicamente atlética, con extremidades finas y largas, pero dotadas de unos músculos muy poderosos, que le permiten ser muy veloz y resistente en la carrera, pudiendo llegar a alcanzar hasta los 70 km/h.
La liebre
tiene muy desarrollado los sentidos del oído y del olfato, siendo la vista su
peor sentido. El ser un habitante de espacios abiertos la ha hecho de carácter
tímido y receloso.
De origen
estepario, abunda en zonas agrícolas despejadas, tanto en la llanura como en la
meseta.
A diferencia del conejo, la liebre se oculta en madrigueras poco profundas, ya que cuenta para disimularse con su coloración mimética. Con excepción del periodo de celo. Vive en solitario. El celo dura de enero a octubre, y las crías nacen con vista y con pelo.
En el ecosistema del Parque Natural de la Albufera, se la puede encontrar en las zonas cultivas de las afueras de los pueblos.
A diferencia del conejo, la liebre se oculta en madrigueras poco profundas, ya que cuenta para disimularse con su coloración mimética. Con excepción del periodo de celo. Vive en solitario. El celo dura de enero a octubre, y las crías nacen con vista y con pelo.
En el ecosistema del Parque Natural de la Albufera, se la puede encontrar en las zonas cultivas de las afueras de los pueblos.
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