La montaña de Cullera, o serra de les Raboses como popularmente se la conoce, es la única elevación importante del término municipal de Cullera. Se eleva sobre su casco antiguo, al sur, donde alcanza su máxima altura de 233 metros, luego va descendiendo progresivamente según se dirige al norte hasta acabar en el mar Mediterráneo, en la zona del Faro de Cullera, en forma de pequeños acantilados.
Esta montaña destaca por su situación geográfica, desde la cual se
controlan todos los alrededores, por lo que siempre estuvo habitada y utilizada
como atalaya, hecho constatado por el castillo de origen musulmán que mora en
sus alturas.
Esta característica también ha sido su perdición. Su privilegiado enclave a orillas del mar Mediterráneo ha hecho que la salvaje especulación urbanística casi haya acabado con ella. Así por sus laderas se desparraman incontables chalets y segundas residencias que materialmente perforan la roca y son un perfecto ejemplo de urbanismo depredador y turismo mal entendido.
La vegetación de la montaña es escasa, reduciéndose a grupetes de pinos aislados, matorral mediterráneo y a unos tipos de cactus llamados chumberas.
Desde sus alturas podremos divisar toda la llanura litoral de l´Albufera, gran parte del marjal de Sueca y Sollana, la devesa del Saler y pequeños enclaves cercanos como el Cabeçol o la bassa de Sant Llorenç.
Esta montaña también es buena para ver paseriformes y rapaces.
Afortunadamente, el ayuntamiento de Cullera ha señalizado una bonita ruta ecoturística (denominada PR-CV 336) que recorre los lomos cimeros de la montaña desde el castillo hasta el faro en el extremo opuesto.
Esta característica también ha sido su perdición. Su privilegiado enclave a orillas del mar Mediterráneo ha hecho que la salvaje especulación urbanística casi haya acabado con ella. Así por sus laderas se desparraman incontables chalets y segundas residencias que materialmente perforan la roca y son un perfecto ejemplo de urbanismo depredador y turismo mal entendido.
La vegetación de la montaña es escasa, reduciéndose a grupetes de pinos aislados, matorral mediterráneo y a unos tipos de cactus llamados chumberas.
Desde sus alturas podremos divisar toda la llanura litoral de l´Albufera, gran parte del marjal de Sueca y Sollana, la devesa del Saler y pequeños enclaves cercanos como el Cabeçol o la bassa de Sant Llorenç.
Esta montaña también es buena para ver paseriformes y rapaces.
Afortunadamente, el ayuntamiento de Cullera ha señalizado una bonita ruta ecoturística (denominada PR-CV 336) que recorre los lomos cimeros de la montaña desde el castillo hasta el faro en el extremo opuesto.
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