El cuervo grande o común es el córvido de mayor tamaño que habita la
Península Ibérica. Tiene una longitud de unos 60 cm y una envergadura de las
alas de 1,20 m.
Dentro de su anatomía destaca sobre todo el pico, notablemente largo,
robusto y grueso. Por lo demás, luce un plumaje homogéneamente negro, con
algunos brillos metálicos.
En general, la especie se comporta como sedentaria, si bien los
inmaduros tienden a realizar desplazamientos dispersivos bastante
considerables. Las poblaciones más norteñas, sin embargo, ejecutan movimientos
hacia el sur y el oeste de Europa durante la estación invernal.
El Cuervo Grande ocupa un hábitat extenso desde acantilados y playas
junto a la orilla del mar, hasta zonas montañosas del interior, alcanzando
cotas muy elevadas. También la campiña abierta con bosquetes, bosques densos de
eucaliptos y pinos e incluso los de especies caducifolias autóctonos. Las
canteras abandonadas y los cortados rocosos le atraen especialmente, así como
las proximidades de granjas de animales domésticos, pastos de ganado vacuno,
lanar y caballar, majadas, cuadras, basureros, cercanías de mataderos, incluso
en los arrabales de ciudades y pueblos.
Son pájaros gregarios que a menudo se presentan en grupos de dos a seis
individuos. Se emparejan de por vida y son monógamos.
Oportunista, muy versátil y con una cierta capacidad
predadora (dado su tamaño), el cuervo es capaz de alimentarse casi con
cualquier cosa que se ponga al alcance de su recio pico. Así, desde
invertebrados de todo tipo hasta placentas, pasando por grano, carroñas
diversas, micromamíferos, pollos y huevos de otras aves o frutos, pueden formar
parte de la dieta de este fornido córvido, según el lugar y la estación.
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