lunes, 7 de abril de 2014

EL CABEÇOL Y LA BASSA DE SANT LLORENS

El Cabeçol de Cullera es un pequeño promontorio montañoso de apenas 60 metros de altura en el que se desarrollan zonas de bosque mediterráneo y huertas de cítricos.
Su situación entre el arrozal y la serra de les Raboses, permite una excepcional visión de la marjal de Sueca y de la Bassa de Sant Llorenç.
Este monte se halla fuertemente degradado a causa de la existencia de instalaciones deportivas, canteras abandonadas que son clandestinamente utilizadas como vertedero y especialmente, por la presencia del campo de tiro de la Sociedad de Cazadores de Cullera, ubicado en las proximidades de la cima.
Numerosos senderos y caminos recorren los lomos cimeros de estas pequeñas lomas, que a pesar de sus modestas alturas deparan buenas vistas de la marjal de Sueca y de la imponente serra de les Raboses. También es un buen sitio para la observación de paseriformes y rapaces.  



Marjal de Sueca desde las lomas del Cabeçol
Ermita de la Pedra de Cullera desde las lomas del Cabeçol
La bassa de Sant Llorens desde las lomas del Cabeçol
Pinares y matorral
Curiosa oruga
Marjal de Sueca
Monte bajo
Ermita de la Pedra de Cullera

El domingo dia 6 de Abril del 2014, me di un paseo por el Cabeçol y sus alrededores y he de hacer una pequeña reflexión sobre el campo de tiro de Cullera.
Como casi todos los domingos, estaban haciendo una tirada de palomos a brazo. La cosa consiste en que el cazador se prepara con el rifle y a una señal suya, el colombaire situado a su lado lanza un palomo al aire al que previamente se le han quitado las plumas de la cola (seguramente para que no pueda hacer quiebros y vuele en línea recta) y el tirador tiene que abatirlo antes de que salga de una zona llamada “perímetro de muerte” y si lo consigue se le computa como un punto. En mi humilde opinión, esta práctica tiene poco de deportiva y no tiene absolutamente nada que ver con un lance de caza; es un mero ejercicio de puntería, un simple tiro al plato con la innecesaria muerte de muchas aves indefensas.
En dicho perímetro, se amontonan los palomos muertos con otros heridos y agonizantes, mas infinidad de aves heridas que sobrepasan el límite de esta zona  y mueren poco después en cualquier rincón de los alrededores.
El desprecio hacia las aves que son usadas como meros objetos es total, en cuanto que muchas piezas abatidas ni siquiera se cobran y poco interés hay en ello, lo que cuentan son los puntos y ver quién consigue ganar la competición.
Como colofón, un palomo herido vino a morir en la terraza del restaurante del campo de tiro y nadie le hizo el menor caso, no hubo el más mínimo interés del tirador por cobrar su pieza, quizás porque ya estaba plenamente satisfecho con el mero placer de darle muerte. 
Con todo,  lo peor no es la gran afición que hay a esta práctica, pues dicho domingo el establecimiento estaba abarrotado, sino que fue más sorprendente ver gran cantidad de gente (incluso familias enteras) disfrutando del espectáculo desde la terraza del bar y lanzar vítores y murmullos de admiración cada vez que se abatía a un pobre palomo.
Desaconsejo totalmente venir por aquí en domingo que es cuando se suelen hacer estas tiradas (de palomos o codornices según el día) y porque además no se podrá subir a la cina del Cabeçol, pues se encuentra en plena línea de tiro de los escopeteros y nos pondríamos en serio peligro. Ademas de lo molesto que resulta estar paseando por el monte con el atronador ruido de los disparos rompiendo la paz y los sonidos de la naturaleza.    



Campo de tiro de Cullera y parquing abarrotado
Tirador y colombaire lanzando la paloma


La bassa de Sant Llorenç es una pequeña laguna que se encuentra ubicada en una extensión llana entre los montes del Cabeçol y Les Raboses. Apenas ocupa 8 anegadas y la superficie del agua se encuentra rodeada por gran cantidad de plantas palustres, predominando el carrizo, la enea, el junco y las cañas.
Se alimenta de aguas subterráneas, al igual que otros ullals del parque, aunque el tamaño de esta laguna supera con creces al de las charcas formadas por otros manantiales.
Su principal problema es que no se puede acceder hasta su orilla ya que está rodeada por completo por propiedades privadas, principalmente campos de naranjos. Asimismo la anchura de la mata de carrizal que rodea la balsa tiene en algunas zonas más de 100 metros de recorrido.
Así pues la única opción de observar la laguna y su fauna, será subir a la cima del cerro mas cercano y tirar de telescopio. 
A día de hoy, la laguna y su entorno están declarados zonas de reserva integral, por lo que la caza está totalmente prohibida en esta zona del Parque Natural.
A pesar de todo esto, el paraje se encuentra en una situación delicada. En los últimos 50 años, la balsa ha pasado de tener 30 anegadas a apenas ocho. La desecación la ha acechado de manera terrorífica, disminuyendo su volumen espectacularmente con el paso de los años, y si bien, su actual protección parece que puede garantizar su conservación tal y como se encuentra actualmente, se desconoce si el parque natural tiene algún proyecto que aproveche este valioso enclave y lo abra al público, tanto con fines científicos como ecoturisticos.   





 



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